Queridas chicas y queridos chicos:
Os escribo para despedirme, ya que no volveremos a vernos día a día...
Hemos conseguido llegar al final del curso, y todos sentíamos las ganas porque ese momento llegara. En mi caso, en los últimos días, la sensación no ha sido de querer acabar sino de querer que no acabe.
Me queda el sabor amargo de que un año juntos ha sido muy poco: muy poco para poder construir todo lo que me hubiera gustado crear con vosotros, y muy poco para tratar de hacer un montón de cosas que van a quedar en el tintero...También muy poco para poder conocer más de vosotros, y vosotros de mí.
Año a año tengo que despedirme de los alumnos a los que tengo la suerte de conocer, porque nunca sé dónde voy a trabajar (si tengo la oportunidad) al curso siguiente. Esta vez, por diversas razones que leeréis a continuación, me está costando más que nunca.
Siempre me ocurre lo mismo: cuando acaba un curso me siento aliviado porque, como sabéis, los cursos son exigentes y desgastan mucho. A los pocos días, esa sensación de alivio se torna en un pequeño vacío, que cada vez se hace más grande.
Este año puede ser perfectamente el más intenso de mi (breve) carrera como maestro, y me temo que voy a echar mucho de menos llegar al cole día a día intentando daros a todos lo mejor que pueda. He sufrido muchísimo para poder daros las mejores condiciones, de verdad. Las cosas no han sido fáciles, pero ha merecido la pena hacer todo eso por vosotros...
...porque recuerdo con mucho cariño ese reto inicial con los mapas, esa participación tan grande que había por todo, esos abrazos al llegar al cole, ese entusiasmo que había por encontrarme fuera del cole (recuerdo que hasta intentasteis que os dijera a qué hora iba a ir yo al Mercadillo Medieval de Alcalá de Henares para ver si me veíais), esos trabajos divertidos o esas genialidades que me escribisteis. También lo bien que estuvimos en el viaje (qué pena que no pudiera ser mejor, o más largo), las caras de alegría cuando os traía algo nuevo, las firmas "secretas" en los exámenes, las correcciones a mis "erratas" o los juegos grupales como la Copa de las Casas...
...también recordaré siempre con cariño cuando me decíais cosas como "hasta nunca", para luego darme una muy buena versión de vosotros como, por ejemplo, el día que la inspectora vino a clase...
...también recordaré siempre con cariño cuando me decíais cosas como "hasta nunca", para luego darme una muy buena versión de vosotros como, por ejemplo, el día que la inspectora vino a clase...
Escuchar de vosotros o vuestras familias que habíais recuperado la ilusión "por el cole" es el mejor regalo que me llevo, y aunque creo que esa ilusión no ha durado todo el curso, vosotros habéis merecido la pena cada uno de los días que hemos podido compartir. Todo eso se viene conmigo allá donde vaya; espero que con vosotros también...
Deseo de corazón que la vida os sonría todo lo que sea posible. Yo me considero muy afortunado de trabajar como maestro, y muy muy agraciado de haber coincidido con todos vosotros. Imagino que sabéis que habéis hecho que mi vida sea mejor o, dicho de otra forma, ya sois parte de mi vida para siempre.
Estaré "al otro lado" para apoyaros en todo lo que necesitéis, de verdad. Y me encantaría saber alguna vez que, efectivamente, la vida os va bien y sois felices.
Ahora toca despedirme y, por supuesto, daros gracias por los recuerdos...
Hasta siempre,
Alejandro.
La mejor entrada del mundo, sin duda.
ResponderEliminarMuchas gracias :)
ResponderEliminar